Se parte de la idea, algo difusa, de que el colegio pueda ser como un cuento para un niño: que le estimule, que le ilusione y que le sorprenda. El edificio se implanta ajeno al entorno, ensimismado, y sólo roza el perímetro de la parcela en su acceso, dónde se quiebra para absorber la acera bajo un gran porche que invita a entrar. Desde ahí, los volúmenes se deforman esquivándose o enroscándose en sí mismos y dan lugar a espacios continuos y entrelazados. Se propone un esquema funcional claro: aulas de infantil (hacia el sol) y zonas comunes en planta baja, y aulas de primaria en planta primera. Constructivamente, el orden y la métrica en común permiten modular la estructura y los cerramientos, pautando el resto de sistemas. La independencia formal entre las dos plantas del edificio se resuelve con un forjado de planta baja de gran rigidez sobre el que descansa libremente la estructura de la planta primera, ligera y difuminada en las compartimentaciones. Además de las formas, los colores y los árboles se encargarán de construir este paisaje.

promotor : CIEGSA (construcciones e infraestructuras educativas de la GV)
arquitectos : marta orts – carlos trullenque
colaboradores : carlos nieto – magdalena domoslawska, arquitectos
estructura : david gallardo (+ diego velayos) , arquitectos
arquitecto técnico : CGTÉCNICA
instalaciones : GIA (luis sanchis – agustí vila)
fotografías : diego opazo (maqueta)