Sobre la base de un esquema funcional lo más claro y eficaz posible, la propuesta plantea la voluntad de construir un paisaje propio, consciente de que el edificio será, en buena parte, el mundo en el que se desarrollarán las vidas de sus usuarios. Como una pequeña ciudad dentro de otra ciudad, con sus requisitos de privacidad y de intimidad pero sin renunciar a las complicidades que se puedan derivar entre ambas, el edificio se conforma como un zoco, con calles propias, plazas interiores, espacios verdes, viviendas (cada una de las habitaciones que forman la residencia) y equipamientos comunes (el centro de día). Árboles, patios, tapias, luz natural, sol y materiales amables construyen un jardín habitado que quiere ser alegre, estimulante y capaz de provocar bienestar a los usuarios. Un paisaje cuya atmósfera, de forma callada, influya positivamente en su estado de ánimo y contribuya a mejorar su calidad de vida.

promotor : AVAPACE (asociación valenciana de ayuda a la parálisis cerebral)
arquitectos : marta orts – carlos trullenque
colaboradores : carlos nieto – ana ábalos, arquitectos