edificio de vivienda pública sostenible

concurso

joaquín ballester, valencia / 2020

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joaquín ballester, valencia / 2020

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A partir de una mirada atenta y crítica al barrio, la propuesta intenta reconocerse en él para integrarse. Esto se aborda desde dentro hacia afuera, prestando atención a los espacios, a sus cualidades, a su carácter. La configuración de estos espacios y su orientación es clave no sólo en términos ambientales y de confort sino también en términos urbanos y sociales, como lugar compartido, un lugar común.
La vivienda se resuelve como suma de espacios desjerarquizados, lo que redunda en su riqueza y en su flexibilidad. El protagonismo del exterior en las casas, tanto en forma de espacios privados como de vecindad, se resuelve mediante terrazas que, actuando como filtros, regulan de manera simple y eficaz la luz y la temperatura de los interiores. Una construcción muy sencilla, de muros de ladrillo y forjados de vigueta y revoltón, da forma a unos espacios muy táctiles y de gran inercia térmica, para así conservar la energía. Por fuera, se aísla bien. El resto, como tantas otras veces, dejar lugar para plantas y árboles. No es tan complicado, lo hemos tenido delante toda la vida.

+info

promotor : Conselleria d’Habitatge i Arquitectura Bioclimàtica, GVA

arquitectos : marta orts – carlos trullenque

colaboradores : jesús santamans, ana villalba, arquitectos

A partir de una mirada atenta y crítica al barrio, la propuesta intenta reconocerse en él para integrarse. Esto se aborda desde dentro hacia afuera, prestando atención a los espacios, a sus cualidades, a su carácter. La configuración de estos espacios y su orientación es clave no sólo en términos ambientales y de confort sino también en términos urbanos y sociales, como lugar compartido, un lugar común.
La vivienda se resuelve como suma de espacios desjerarquizados, lo que redunda en su riqueza y en su flexibilidad. El protagonismo del exterior en las casas, tanto en forma de espacios privados como de vecindad, se resuelve mediante terrazas que, actuando como filtros, regulan de manera simple y eficaz la luz y la temperatura de los interiores. Una construcción muy sencilla, de muros de ladrillo y forjados de vigueta y revoltón, da forma a unos espacios muy táctiles y de gran inercia térmica, para así conservar la energía. Por fuera, se aísla bien. El resto, como tantas otras veces, dejar lugar para plantas y árboles. No es tan complicado, lo hemos tenido delante toda la vida.

promotor: Conselleria d’Habitatge i Arquitectura Bioclimàtica, GVA

arquitectos: marta orts – carlos trullenque

colaboradores: jesús santamans, ana villalba, arquitectos